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miércoles, 4 de mayo de 2011

LA CUEVA MALDITA



Hay en Nuevo León, un poblado que actualmente es llamado Tapona de Camarillo, a principio de los 80’s llegaron al poblado dos maestros tamaulipecos, Carlos y su hermano menor Guadalupe, los cuales buscaban quien los guiara a una cueva en la sierra, según decían un anciano les conto la historia de que en esa cueva había oro, les dijo además, que antes de encontrar el oro, iban a ver varias señales o marcas, según dijo el anciano encontrarían tierra muy diferente a la que hay en esa región, y que escucharían ruidos extraños, y encontrarían una piedra muy grande de donde saldrían víboras, les dijo también que no tuvieran miedo y que siguieran cavando que las víboras no les harían nada.

Todo esto dijeron a la gente que visitaban para ver si les podían servir de guía hasta la cueva, pero nadie quería acompañarlos, ya que había rumores de que esa cueva estaba maldita y como no querían averiguar si era verdad preferían mantenerse lejos de ella.

Después de dos días de buscar quien los llevara hasta la cueva, dos jóvenes aceptaron acompañarlos y otro les llevaría de comer por el tiempo que estuvieran en la cueva.

Así, el día siguiente salieron rumbo a la cueva, y en el camino comentaron lo que les había dicho el anciano y lo que se contaba en el pueblo, según decían se escuchaban ruidos y voces, pero a ninguno de los presentes les constaba que fuera verdad, así es que siguieron su camino confiando en que fuera solo una vieja leyenda lo de la cueva maldita.

Al llegar a la cueva, no vieron nada de extraordinario, ni se escucho ningún ruido raro, así que comenzaron a buscar el sitio en el que tenían que cavar, buscaban el lugar donde hubiera tierra diferente a la tierra negra de la cueva, y de pronto la encontraron, era tierra roja, muy diferente a la de la región. Emocionados comenzaron a escavar inmediatamente.

Estuvieron escavando toda la mañana, comieron y descansaron un rato y alrededor de las seis de la tarde empezaron a escavar nuevamente, empezaba a obscurecer cuando de pronto se escucho que gritaban. ¡¡¡¡¡¡¡ Carlos, Carlos, ……..Carlos!!!!!!!, Carlos era el que estaba abajo escavando y se salió para ver quien le llamaba pero además de ellos no había nadie. Pensaron que a lo mejor, se habrían imaginado, y siguieron escavando, de pronto, se escucho el trote y el relinchido de un caballo, dentro de la cueva, voltearon y no había nada, entonces recordaron lo que les había dicho el anciano, - Escucharan ruidos extraños, pero no teman, es para que dejen de escavar, no tengan miedo y sigan- y volvieron a escavar.

Ya era de noche cuando dejaron de escavar para dormir un rato, pero no pudieron dormir, no dejaban de escuchar que los llamaban, además del trote y relinchido del caballo seguido por fuertes pasos que parecían acercarse cada vez más a ellos, empezaba a darles miedo pero trataban de recordar las palabras del anciano que les decía que no tuvieran miedo, que siguieran adelante.

Alrededor de media hora después de que empezaron a escavar, encontraron una piedra muy grande, con unos pequeños agujeros, demasiados pequeños como para pensar que algo podría caber por ahí, cuando de pronto, lo increíble se hizo realidad, inexplicablemente por los agujeros salieron enormes, gigantescas víboras, tal parecía que los devoraban vivos, lo peor fue cuando una de ellas, la más grande empezó a subir por el cuerpo de Carlos, empezó a enredarse entre sus piernas, y siguió subiendo hasta llegar al hombro, Carlos estaba inmóvil, en verdad creía que lo iba a devorar, sentía como iba subiendo por su cuerpo, el cuerpo de la víbora se sentí helado y el no acertaba a mover un solo dedo, Lupe su hermano, también se quedo inmóvil al ver como la víbora subía por el cuerpo de Carlos pero ni él ni ninguno de los presentes hicieron algo para ayudar a Carlos, era tal el miedo que sentían que no podían moverse, de pronto las víboras desaparecieron y ellos ya no tuvieron valor de seguir cavando Carlos se sentía mal y mejor decidieron irse, ese día descansaron en la casa de uno de los jóvenes que los acompañaron y al otro día muy temprano se fueron para Tamaulipas.

Un año después, regreso Guadalupe, dijo que Carlos había muerto un mes después de lo que paso en la cueva, pero que esta vez el si se iba a llevar el dinero.
Al día siguiente regreso a la cueva, y empezó a escavar, encontró la tierra, volvió a escuchar los mismos ruidos, las mismas voces ahora llamándolo a el, ¡¡¡¡¡Guadalupe, Guadalupe….. Guadalupe!!!!! Decía la vos y en seguida se escuchada el caballo, y los pasos, al llegar a la piedra volvió a ver como salían las víboras y en esta ocasión Guadalupe sintió como la más grande subía por su cuerpo, entonces comprendió el enorme miedo que acompaño a Carlos hasta el momento de su muerte y decidió dejar todo y regresar a su para no volver jamás.

La la ultima vez que se supo acerca de esos dos maestros, pues Guadalupe no volvió.

Y el dinero sigue ahí en la cueva maldita, en Tapona de Camarillo Nuevo León, esperando a que llegue aquella persona que sea capaz de soportar todas esas pruebas y cuantas más aparezcan antes de encontrar el dinero

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