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miércoles, 11 de mayo de 2011

Fue a pedirle perdón



Hay una historia, que se cuenta en Guadalcazar, San Luis Potosí. Me la envió José por correo y trata de lo siguiente.

Don Pablo tenía un burrito, muy trabajador como la mayoría de los burros, pero era tanto el trabajo que le daba don Pablo, que cuando el burro se cansaba, no había fuerza alguna que lo hiciera levantarse y seguir trabajando, y cuando esto pasaba don pablo se enojaba tanto con el burro que le empezaba a gritar y en ocasiones hasta a pegarle muy fuerte con una vara.

Cierto día, don Pablo se levanto más temprano que de costumbre y empezó su trabajo, y con él, el del burro, don Pablo salió a cortar leña y como estaba algo retirado el lugar donde la cortaba, monto el burro, de regreso el burro venia cargado con la leña, era demasiada leña, y así fueron varios viajes, de ida el burro cargaba al señor y de vuelta cargaba la leña.

Ya era medio día cuando terminaron con la leña y en lugar de descansar un momento para darle agua al burro, don Pablo siguió trabajando ahora acarreando agua hasta su casa, asi fue hasta después de las cinco de la tarde cuando el burro se hecho y ya no se quiso parar, don Pablo enojado, pues todavía le faltaba mucho trabajo, empezó a gritarle.

~ ¡¡¡¡Levántate burro flojo, que todavía hay mucho trabajo!!!!- decía don Pablo al tiempo que lo pateaba para que se parara.
~ ¡¡¡¡Levántate, que hay mucho que hacer!!!! – y lo jalaba de la cuerda,

Pero el burro no se levanto, así estuvo bastante tiempo don Pablo tratando de levantar al burro hasta que se enojo tanto, que con la machete con que cortaba la leña, le dio en la cabeza, hiriendo de muerte al pobre burro.

De pronto, don pablo reacciono al ver la cabeza del burro sangrar, con una herida muy profunda, fue cuando se dio cuenta, que el burro lo miraba fijamente, como culpándolo del gran dolor que sufría, así como de su segura muerte….. Entonces, don Pablo se dio cuenta, que de los ojos del burro brotaban lagrimas, las lagrimas que lo culpaban, y entonces el burro murió sin dejar de mirar a don Pablo y con los ojos llenos de lagrimas.

Don Pablo no podía creer que el burro hubiera llorado mientras lo miraba fijamente, el burro murió, pero don pablo no pudo sacar de su mente los ojos del burro, que lo miraban llenos de lagrimas, como reclamando su derecho a vivir.

Quince días después Murió don Pablo.

Se dice que no se debe maltratar a un burro, ya que este humilde animal cargo a Jesucristo cuando entro a Jerusalén, en su entrada triunfante mientras lo recibían con palmas.


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